Fuente: www.emol.com, miércoles 19 de julio de 2006.
No obstante, las palabras de los jefes de las delegaciones revelan diferentes expectativas sobre el destino del diálogo.
LA PAZ.- Entre aplausos terminó la primera jornada de trabajo que encabezaron ayer el subsecretario de Relaciones Exteriores de Chile, Alberto van Klaveren, y el vicecanciller de Bolivia, Mauricio Dorfler.
Es que más allá de los puntos tratados para comenzar a desarrollar la agenda sin exclusiones, acordada por los presidentes Michelle Bachelet y Evo Morales, ambas delegaciones sentían que estaban consiguiendo los objetivos que buscaban en esta primera reunión.
Los bolivianos, por ejemplo, hábilmente aceptaron todos los puntos que les trajo la delegación chilena en términos de integración, fronteras, libre tránsito, complementación económica, la situación del río Silala y los recursos hídricos.
Pero su objetivo, en estas 48 horas, era que el tema marítimo no quedara entre líneas en aquella amplia interpretación de lo que se ha denominado «agenda sin exclusiones».
La comisión boliviana quería usar el término «reintegración marítima», pero los representantes de Chile se opusieron e insistieron en que debía quedar establecido como un tema más amplio y genérico, para no alentar expectativas, en el sentido de que este encuentro tenía algún carácter resolutivo.
Por ello es que la redacción del comunicado oficial se dilató más de la cuenta. Primero, estaba contemplado divulgarlo a las 16.30 horas, lo que se alargó hasta las 18.30 horas.
Señales bolivianas
El documento subía hacia el despacho de Dorfler, quien a su vez lo discutía con el canciller David Choquehuanca. Y luego bajaba hacia la improvisada oficina de trabajo que se montó para los delegados chilenos y bolivianos.
Y los gestos de los anfitriones no fueron menores. Reiteradamente se paseó por el sector el edecán naval del ministro boliviano. Y un guardia era marino.
A ello se agrega el empeño de Dorfler y sus asesores por conseguir que los chilenos asumieran el compromiso de crear una comisión especial para tratar el tema marítimo, con un representante de cada Presidente.
Aquí, el punto lo ganaron Van Klaveren y su gente, quienes impusieron la tesis de que ese asunto debe ser tratado por ambas cancillerías y en la misma agenda acordada.
Esta diferencia quedó reflejada en la conferencia de prensa. Dorfler expresó su satisfacción «porque el tema marítimo, la reintegración marítima, está incluido».
Pero su homólogo chileno usó la palabra diálogo y manifestó la disposición para conversar. «Nosotros queremos hablar de esos temas, queremos hablar del tema marítimo con Bolivia, sabemos la relevancia que asume para Bolivia, creemos que también es un tema importante para Chile, y lo que estamos diciendo es que estamos disponibles para ese diálogo». Aclaró, eso sí, que las características de ese diálogo «las tendremos que ir viendo, pero estamos absolutamente disponibles». Por eso es que desde el grupo que encabezó Van Klaveren se precisó que la situación marítima no tiene un calendario establecido.
Como sí quedó establecido para el diálogo por el tráfico de drogas, que se acordó una reunión para octubre en Oruro; para la habilitación del puerto de Iquique para el libre tránsito, que las autoridades chilenas se comprometieron a concretarlo en octubre, y para atacar el contrabando, para lo cual vienen esta semana a La Paz altos funcionarios aduaneros chilenos.
Representantes de los dos gobiernos reconocen que el diálogo fue amable y distendido. No hubo ningún momento de tensión y el clima de trabajo fue sobre la base de «ustedes tienen su opinión, nosotros la nuestra, entonces trabajemos para llegar a un punto de equilibrio», según fuentes bolivianas.
Los chilenos destacaron que quedaron atrás las exigencias que Bolivia planteaba cada vez que se conversaban estos temas.
En cuanto a la reanudación de relaciones diplomáticas, no se tocó el punto. Pero tanto Dorfler como Van Klaveren tuvieron expresiones de buena voluntad para avanzar en esa línea.
En concreto, cuando el viernes se reúnan en Córdoba, Argentina, los presidentes Bachelet y Morales, tendrán a la vista una pauta de trabajo con temas concretos, destacaron aquí.
En Chile, el senador de la UDI Juan Antonio Coloma rechazó incorporar el asunto marítimo al diálogo con Bolivia, porque los tratados están para cumplirse y no se colocan en duda respecto de su significancia.-