Un sector como el eléctrico que podría ser limpio, generó 44% de la energía en base a quema de carbón el año pasado, y no ha anunciado cambios. La distancia entre los compromisos políticos y los hechos es muy grande.
En las últimas semanas, tanto el candidato de la Nueva Mayoría y como el de Chile Vamos han declarado al país que liderarán estrategias energéticas para alcanzar 100% de energías renovables al 2050 Guillier, y al 2040 Piñera. Ambos comandos y sus voceros en entrevistas y foros han argumentando la necesidad de políticas de descarbonizacion de la matriz energética, frente al cambio climático. Pero a estas alturas, los ciudadanos necesitamos mayor claridad sobre qué harán y qué líneas de acción concretarán durante los próximos 4 años, si resultan electos para liderar el próximo gobierno.
Chile es altamente dependiente de combustibles fósiles y sucios en el sector transporte, en el eléctrico y en la industria. Hoy, el 67% de la producción eléctrica aún depende de carbón, gas y petróleo, y el transporte motorizado es 100% fósil. Insólitamente además, un sector como el eléctrico que podría ser limpio, generó 44% de la energía en base a quema de carbón el año pasado, y no ha anunciado cambios. Entonces la distancia entre los compromisos políticos y los hechos es muy grande.
Los impactos ambientales, económicos y sociales de nuestra sucia matriz son graves. En más de una docena de ciudades, incluída la capital, se superan las normas de emisión a la atmósfera, acarreando serios problemas para la salud de la población y el medio ambiente no resueltos, a pesar de los planes de descontaminación vigentes. La situación más dramática es la de las zonas de sacrificio: Mejillones, Tocopilla, Huasco, Puchuncaví y Coronel, donde se concentra la operación de las 29 termoeléctricas a carbón. Estas carboneras, emiten el 91% de todo el dióxido de carbono, el 88% del material particulado y el 97% del dióxido de azufre del parque eléctrico nacional. ¿No será mucho, y es hora de decir basta? Y al menos empezar a cerrar las 7 termoeléctricas mas contaminantes y obsoletas, que llevan operando entre 40 y 57 años en Tocopilla, Coronel y Puchuncaví? ¿Por qué no hacerlo ahora, que Chile tiene más del doble de la capacidad instalada de generación eléctrica que necesita? ¿Qué dicen los candidatos?
Los dueños de las carboneras dicen que combustión de leña húmeda y en aparatos ineficientes en las ciudades del sur del país, es un problema energético, ambiental y de salud pública mayor que la combustión a carbón. Si les creyéramos, ¿habría que terminar con la leña, al igual que con el carbón? Absurdo, la leña es un energético renovable, y muy relevante para las economías locales, pero se quema húmeda, en cocinas o calefactores sin doble combustión y en casas con pésima calidad térmica. Ahi está el problema. Chile, debe normar la leña como combustible sólido, controlar su humedad, apoyar la formalización de su distribución, el recambio de calefactores y normar el aislamiento de viviendas. Pero no hay políticas adecuadas para la formalización del mercado de la leña y los programas de recambio de cocinas y calefactores, y las normas para las viviendas están muy rezagadas.¿Qué comprometen al respecto los candidatos?
Finalmente, un gran desafío del desarrollo energético nacional, es el uso ineficiente de la energía. Pero en Chile, no hay estándares mínimos de eficiencia para los vehículos, ni para las viviendas, ni para los procesos industriales intensivos en el uso de la energía. Los últimos gobiernos han comprometido legislaciones para promover el uso eficiente. Ello implicaría un tremendo ahorro económico para las familias y para el sector productivo, además de reducir la presión sobre los recursos naturales y sobre las comunidades cuyos territorios son afectados por emprendimientos energéticos. Pero algunos quieren seguir vendiendo más energía a cualquier costo, y a otros les faltó la voluntad política. Al respecto, ¿qué comprometen los candidatos?
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